Un ataque te pánico, es una aparición súbita de miedo, terror, preocupación y aprensión que se manifiesta incómodamente en el cuerpo y en la mente.

Puedes sentir palpitaciones, temblores, sudoración en las manos, sensación de falta de aire y presión en el pecho, entre otros. Esto puede ir acompañado un temor a “volverse loco” o perder el control.

¡Tranquilo! No te volverás loco ni perderás el control. Si ocurre, serías la primera persona a la cual le sucede. En ese caso, contáctanos y armamos un proyecto científico en el cual te pueda presentar como caso único.

¿Qué puedo hacer al respecto?

En primer lugar, respira profundo. Ten presente que lo que te está generando malestar no son los síntomas en sí sino las interpretaciones que estás haciendo de ellos. Si cambias tus pensamientos, cambiará la manera que vives esto. El pico de ansiedad llega (como muy tarde) a los 10 minutos del inicio del ADP, después de eso la intensidad de las sensaciones va a disminuir.

La calidad de tu respiración es tu calidad de vida. Comienza a respirar lenta y profundamente, esa tranquilidad que irás generando es incompatible con el pánico. Las emociones fluyen, cambian. Acepta esta incomodidad; al dejar de resistirte darás lugar a otra emoción.

Si te sientes abrumado con estos episodios, te invitamos a consultar con un profesional, para que vivas mejor.