Autor: Orlando Daniel Araujo Merlo -  Licenciado en Psicología y Docente Universitario. Director de la Academia E-learning de Mutare Life.

En psicología como ciencia estudiamos cómo los pensamientos y las emociones influyen en nuestro comportamiento, si queremos ir al origen de tales, nos encontramos con la mente, un terreno intangible. Aquí hablamos de lo simbólico. Dichos elementos, están diseñados para darle sentido de la realidad y las competencias al individuo para sobrevivir, ante las diversas situaciones que se presentan en el plano físico.

Son infinitos aquellos elementos y su complejidad hace que para nosotros sea fascinante estudiarlos, de forma más detallada, para poder resolver ciertas incógnitas sobre cómo nosotros nos comportamos, en distintas situaciones. Hablemos pues de una cualidad en particular tan valiosa que no tiene precio, tan importante que solo se gana o se pierde a través de los actos, dicha cualidad es LA CONFIANZA, ¿De dónde viene? ¿Cómo se genera? ¿Luego de perdida se puede recuperar? ¿Podemos volver a confiar?

Hace poco se hizo muy viral un documental en Netflix llamado “El estafador de Tinder” esto causó revuelo sobre todo por el nivel de engaño y la facilidad de este individuo en ganarse la confianza de sus víctimas. No ahondaré sobre las opiniones y comportamientos de las personas involucradas, pero si hablaré de algo muy humano.

Entendamos un poco del origen primario. Según Erickson y su teoría del desarrollo el ser humano construye su confianza en los primeros años de vida, mediante un vínculo llamado apego intrínsecamente relacionado con sus progenitores, principalmente con su madre. Si los padres no le ofrecen un entorno seguro y no satisfacen sus necesidades básicas y afectivas, el menor crecerá entre sentimientos de frustración y sospecha, así como sin esperar nada de los demás, ni del mundo.

¿Qué es la confianza? es un dispositivo emocional que se transforma en acción superando el miedo paralizante. Cuando siento la confianza me animo a lo desconocido, a crear, a hacer, a innovar, proponer, cambiar y la base de la confianza es la autoconfianza. Si aumento a la confianza en mí mismo, probablemente aumentará la confianza en otros y en consecuencia los otros confiaran en mí.

Bueno ya hablamos de la confianza de forma individual. Ahora, ¿cómo se ve en acción cuando varios individuos les corresponde agruparse y tienen como mecanismo de supervivencia el convivir? La armonía está en que todos los miembros se distribuyan tareas y cumplan ciertas funciones dentro de la comunidad, esto se determina cuando confían los unos con los otros, en que cada uno, cumpla su rol en cada tarea asignada, con el único propósito de generar un bien estar en el grupo o tener mayores probabilidades de éxito para afrontar ciertas adversidades.

La contracara de la confianza es la vulnerabilidad. Y es aquella que nos evoca sensación de debilidad, peligro, inseguridad, sentimientos de incapacidad, vergüenza e incomodidad, inclusive podríamos llegar al aislamiento.  A nivel grupal este comportamiento de romper una relación es tomado como una traición.

La autora Lucila Mejia Lodoño define a las emociones como estados que transitamos que tienen luz (aspecto positivo) y sombra (aspecto negativo). Esto quiere decir que no hay emociones positivas ni negativas, sino que dependiendo como las vivamos o que lectura hagamos de las mismas serán positivas o negativas para nuestra vida.

En el caso de la Confianza, su aspecto de luz permite generar relaciones duraderas, afianza los vínculos, contienen tranquilidad y da paso a creer en los demás. En su aspecto de sombra su exceso anula la cautela sabía que previene y nos cuida. En el caso de la vulnerabilidad, el aspecto luz nos permite ser resilientes, nos impulsa a lo nuevo, a crear y reinventarnos, en su aspecto sombra impulsa a abandonarnos, a renunciar, a no intentar nuevas opciones. ¿Qué hacer cuando confiaste y te traicionan? Vivir el duelo, sin perder la autoconfianza. La sociedad se construye en base a ese lazo relacional los unos con los otros. Es fundamental luego de una perdida que durante la sanación se construyan nuevos lazos que permitan al individuo volver a sentir la seguridad en si mismo y continuar por nuevas oportunidades y vivencias en el largo camino de su vida.

Hoy en día estamos siendo bombardeados de casos sonados de traición y engaños como el documental antes mencionado, donde las redes sociales sirvieron como medio en el cual las personas involucradas se encuentran. Por esta razón se nos hace muy complejo no empatizar con dichas historias y sentir emociones ante tales situaciones ajenas. Afortunadamente son más las situaciones donde ese lazo es funcional, de hecho, los países que evidencian mayor progreso y civilización son aquellos donde los niveles de confianza entre los individuos son muy elevados.

Es muy fácil que pase desapercibido ya que lo vivimos en lo cotidiano: Confiamos en que al sacar la basura venga el camión a recogerla, confiamos en que, al salir hallaremos alimento en el abasto, confiamos en que encontremos transporte público o si nuestro automóvil deja de funcionar, tenemos a ese mecánico “de confianza”, vamos al medico “de confianza”, confiamos en el terapeuta nuestra vida íntima, viajamos y confiamos en que el piloto nos lleve con bien a nuestro destino. En fin, me pongo a contar la cantidad de veces en que nosotros confiamos y se nos alarga este artículo. Espero que luego de leerme confíes más en la vida, fortalezca tu esperanza y expectativas en cada nuevo amanecer, que tengas la valentía de vivir nuevas experiencias. ¡Hasta la próxima!

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