Autora: Analía Gonzalez, Profesora en “Educación Preescolar” y Carrera de Post grado: “Especialista en Escuelas Maternales y Estimulación Temprana”. Directora del área de Crianza y Familia en Mutare Life.

¿Qué pasa en algunas escuelas infantiles durante el primer día de clases? 
Algunos niños lloran diciendo “No me dejes mamá, no me quiero quedar” y algunas maestras suelen responder: “Déjalo llorando que sino no se va a acostumbrar”. 

¿Alguna vez te pusiste a pensar el impacto negativo que esto causa en los niños?
¿Qué siente el niño? Lo mismo que sentiríamos nosotros si nos dejaran en medio de un campo minado, donde no conocemos a nadie, no hablamos el mismo idioma, no sabemos qué nos va a pasar, ni qué va a ser de nosotros. 

Eso nos generaría mucha angustia, ¿verdad? Bueno, a los niños pequeños les ocurre lo mismo. Más aún, porque ellos no tienen la capacidad de internalizar el tiempo, entonces una hora les puede parecer una eternidad. Cabe destacar que esto no ocurre con todos los niños, pero de todos modos por eso se recomienda comenzar la primera semana con jornadas reducidas.

El brindarles a los niños pequeños un buen período de adaptación paulatino con acompañamiento y presencia del padre o madre hasta que este lo necesite, va a modificar la forma en la que ese niño enfrentará los cambios que se le presenten el día de mañana en la vida. Si el despegue se hace con seguridad, afecto y amor, esto es lo que va a experimentar; si se hace con angustia, miedo y ansiedad esto es lo que va a percibir.

En muchas escuelas, aproximadamente una semana antes del primer día de clases se hace el “Open House” o “Día de puertas abiertas”. Donde los niños van con sus padres a conocer el lugar, su sala y a sus maestros.  Es muy importante que no dejen de ir a este día tan especial, porque esto constituye la primera aproximación del niño a ese nuevo mundo desconocido. Con suerte podrá conocer a un nuevo compañero. Pero debemos tener en cuenta, que cada niño es especial y único y muchas veces este día de puertas abiertas no es suficiente.

Por eso quiero brindarles unas recomendaciones a los padres de familia que atraviesan por esta situación, para empezar a construir cómo ser mejores padres cada día.  Aunque todo va a depender de las reglas de cada institución, los padres pueden conversar esto previamente con el maestro para hacer de este comienzo del año escolar, algo más placentero para sus hijos.

Respetando el ritmo de cada escuela, lo ideal sería que el primer día (en el caso de que el niño que no se quiere separar) el padre se quede adentro o afuera del salón, realizando alguna actividad, leyendo, recortando algo, para que el niño pueda salir a  buscarlo, permanecer con él un ratito cada vez que lo necesite y volver a entrar cada vez que se sienta seguro. 

Comenzar por jornada reducida de media hora a una hora y, en medio de actividades divertidas para el niño, decirle: “Papá se va a comprar algo, ¿Te quedas o vienes conmigo?
Si el niño se quiere ir con ustedes, se lo llevan y regresan al día siguiente y hacen lo mismo. 
Si el niño decide quedarse, lo dejan y vuelven a los 20 minutos sí o sí. 

Esto le generará confianza y le permitirá elaborar la angustia de pérdida o separación. De esta manera, irá aumentando el tiempo de despegue a una hora por semana hasta completar la jornada. Así, los niños podrán enfrentar estos nuevos retos con seguridad.

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