Gestión Emocional para la Crianza

Hay evidencias científicas suficientes sobre los efectos positivos de la educación emocional. Con esfuerzo y perseverancia podemos mejorar nuestra consciencia y regulación emocional, y ayudar a nuestros hijos a adquirir las competencias emocionales para una vida emocionalmente más saludable. Las personas capaces de gestionar las emociones -regular su duración e intensidad y elegir conductas apropiadas de forma consciente- tienen menos riesgo de padecer dificultades emocionales o trastornos psicológicos como la depresión, la ansiedad, el consumo problemático de sustancias, u otras conductas de riesgo.

Los niños, en especial en la primera infancia, aprenden en gran medida a través de la observación de sus cuidadores (madre, padre o cualquier otro cuidador). Mejorar nuestra propia gestión emocional puede resultar la mejor manera para enseñar formas saludables de gestión emocional a nuestros hijos e hijas.

Durante esta sesión, aprenderás el valor de la gestión emocional para la crianza de nuestros hijos, así mismo conocerás cómo la anestesia emocional en la que somos enmarcados desde nuestra primera infancia permite gestar adultos inseguros, temerosos y con dificultades en sus relaciones. Por otro lado aprenderás cómo las emociones se contagian, cómo puedes ser gestor de entablar relaciones emocionalmente estables y cómo puedes ser un mejor padre para tus hijos.