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Todo comunica. Las palabras, los gestos, las miradas, el cuerpo, todo. Incluso el silencio comunica. No comunicar también comunica. De tal forma, resulta imposible no concluir que es imposible no comunicar. Inclusive comunicamos con síntomas como la ansiedad, depresión, angustia y más.
Si bien la comunicación es un elemento que tiñe absolutamente todas nuestras relaciones, paradójicamente la mayoría de nosotros carecemos de herramientas prácticas para lograr tener una comunicación positiva y constructiva en nuestros vínculos. Resulta extremadamente fácil caer en dinámicas de suposición y silencios en los cuales nos alejamos diametralmente de la posibilidad de entender y ser entendidos, dando lugar a obstáculos y barreras entre las personas. Si bien trabajar la comunicación en profundidad requiere conocer cómo hemos aprendido a comunicar a través de un trabajo con nuestra propia historia, este encuentro ofrece herramientas prácticas y eficaces que indudablemente mejorarán cualquier interacción donde el espectador perciba dificultad.
Hemos de recordar que no existe buena ni mala comunicación, solo comunicaciones efectivas y no efectivas y en este capítulo de “Abriendo la Mente”, aprenderemos cómo pasar de la teoría a la práctica, potenciando nuestras habilidades para conectar mejor con lo que buscamos transmitir, cómo comenzar a hacerlo y cómo enlazar favorablemente con nuestros interlocutores, trátese de jefes, compañeros de trabajo, parejas, amigos y familias.
¡Si lo consideras necesario, te espero para tu consulta online psicológica, individual o de pareja!
Francisca Pena Bustamante
Francisca Pena Bustamante, Lucía Córdoba
Francisca Pena Bustamante
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