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Cuando hablamos de amor propio, nos pasan muchas cosas por la mente, sobretodo aquellas que están de alguna manera asociadas a entender el amor propio como la buena percepción, el respeto y la aceptación que tenemos de nosotros mismos, de nuestro cuerpo y de nuestra imagen, principalmente en el presente, como si de alguna manera la construcción de ese sentir fuera algo trivial; ignorando que la tenencia de ese amor propio o la falta de él está influenciada por muchos factores, especialmente aquellos relacionados a nuestros afectos primordiales, es decir, nuestros primeros vínculos…nuestra familia.
Desde que fuimos concebidos, latimos al unísono a partir de una primera célula que luego se multiplica. Y ya desde el vientre de nuestra madre, interactuamos con ella y con otros; desarrollando habilidades que nos preparan para ser recibidos en el entorno que nos rodea y de donde absorberemos información que nos acompañará en la vida adulta.
En esta charla comparto con ustedes cómo desde las experiencias más prontas de nuestra vida como lo son la vida en el vientre materno y las etapas tempranas de nuestra niñez, se van tejiendo en nosotros las formas en que nos conectamos y desconectamos del amor como fuerza y cómo podemos cultivar el amor propio a través de experiencias y con herramientas que nutren el Ser en sus diferentes manifestaciones: el cuerpo, la mente, la emociones y el espíritu.
Desde un lugar de creación de terapia corporal bioenergética podemos acompañar tu proceso de amor propio y respaldarte para instalar la vida en tu ser y tu cuerpo nuevamente.
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